jueves, 17 de junio de 2010

La costa Peruana y pintores

La historia del urbanismo limeño es, en gran parte, la historia de la ocupación y la habitación del desierto. Quizá por ello, en oposición a la imagen de la ciudad, el desierto se convirtió en la antítesis del urbanismo y de su caótica modernidad: en un espacio inhabitado, dominado por la naturaleza, marcado por ritmos y tiempos distintos. Hacia la década de 1950 Reynaldo Luza elaboró una primera y depurada imagen del paisaje desértico; el refinado formalismo de sus lienzos fue continuado en las fotografías que José Casals realizó del sitio arqueológico de Puruchuco.
La arena y el adobe, se convierten en los ejes de la construcción del paisaje costeńo en las esculturas de Emilio Rodríguez Larraín y en las pinturas de Ricardo Wiesse.
Reynaldo Luza

Ricardo Wiesse Rebagliati (Lima, 1954) es uno de los artistas plásticos más importantes de la escena peruana. Su trayectoria se inicia con los estudios universitarios en la Pontificia Universidad Católica del Perú, pero debe rastrearse hasta la matriz familiar, con el fin de alcanzar un entendimiento cabal de los orígenes del interés del artista por la costa peruana.
Durante su infancia y adolescencia, la heredad familiar lo llevó hacia el norte de Lima; y tras un hallazgo bibliográfico dirigiría su mirada hacia la totalidad de la costa. Wiesse estaba fascinado con las líneas de Nazca y con el arte de la costa.
Despues Wiesse se abocó a la producción de obras abstractas. Entre 1983 y 2001, realizó dieciséis exposiciones individuales y dos bipersonales.

Luego de permitirse la exploración técnica debida a las enseñanzas de Hayter, que posibilitó su amplia producción abstraccionista, Wiesse retorna a las formas tradicionales de hacer pintura. Identificado con la urgencia de libertad espacial y de encuentro con la luz de los impresionistas europeos de fines del siglo XIX

Pachacamac. Ricardo Wiesse
Templo Del Sol.

Autoretrato en Pachacamac. Ricardo Wiesse

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