jueves, 24 de junio de 2010

Ricardo Grau

Tuvo sus padres peruanos, aunque su formación fue europea ya que vivió en Francia en sus primeros años, estudiando en la Real Escuela de Bellas Artes de Bruselas entre 1924- 1925. Luego, en París,se formó en los talleres donde estudiaban conocidos artistas como Fernand Leger, Andre Favory, André Lothe, entreotros.
En el año 1938 regresa al Perú, trayendo sus conocimientos de la Escuela de París, enseñándolas en la Escuela de Bellas Artes como docente, actividad que hizo hasta su último día de vida.
Realizó varias exposiciones personales en Lima y representó al país en los mas importantes eventos internacionales. En 1967 se ganó el premio tecnoquímica por su aporte al arte nacional.
La llegada de Ricardo Grau fue muy importante para el reinado indigenista, ya que fue un portavoz para esta batalla. Su actitud, personalidad y condiciones artísticas, permitieron que liderara esta preocupación para conseguir una nueva renovación plástica.
“quizás ningún pintor individual haya influido tanto como él en la historia de nuestra pintura contemporánea. En el campo específicamente estético Ricardo Grau dio tres batallas fundamentales para la determinación formal de la pintura que le siguió: por el color, por la libertad experimental y por el desarrollo de un pensamiento plástico (es decir libre de imposiciones literarias) en el arte.


Este recordatorio viene a colación de la actual exposición en la Alianza Francesa, donde se pretende cubrir —con pomposo título— “La verdad múltiple, discursos artísticos desde las vanguardias, Francia y la plástica peruana del siglo XX”. Por supuesto, Ricardo Grau no es, siquiera, mencionado.
Tampoco ha merecido ser incluido en la reciente selección de publicaciones dedicadas a los maestros de la pintura peruana del siglo XX.
Siendo un gran artista ha sido muy poco reconocido, no tiene reconocimientos ni por instituciones, ni editores, ni por investigadores o historiadores por mucho que tenga un buen trabajo
y sea un artista imprescindible en cualquier recuento del arte contemporáneo peruano.


Victor Humareda

Víctor Humareda Gallegos nació en la ciudad de Lampa (6 de Marzo de 1920). Hijo de Emilio Humareda Caballero y Eudocia Gallegos Andia.
Humareda empezó a dibujar a muy temprana edad, iniciándose copiando la “Escuela de Atenas” dirigida por Rafael.
El se dio cuenta que le interesaba mucho la búsqueda de color cuando jugaba un partido de fútbol, representando a Lampa, en vez de patear la pelota y meter un gol por su equipo, se quedó paralizado ante el horizonte y la puesta de Sol que se vio, no le importó nada.
Desde ese momento se sintió empujado a descubrir los contrastes y tonalidades de la naturaleza. A los 18 años, viaja a Lima para estudiar en la escuela de Bellas Artes (1938), pero por problemas económicos la tuvo que dejar, pero la retomó de 1941 a 1947(fecha donde culminaron sus estudios).
Luego fue becado para estudiar en Argentina en 1950, de paso por Lampa se le encarga pintar la Calle Pardo frente a la casona Macedo, obra que hoy se exhibe en la Dirección de la Escuela Nro. 871. Ya en Buenos Aires, ingresa a la Escuela “Ernesto de la Carcova ”. Dónde se adapta a las nuevas tendencias como arlequines, escenas bohemias y circenses.
En 1952 regresa a Lima y en 1954 se muda a la habitación 283 del Hotel Lima, en la parada (zona más peligrosa de Lima). Donde muchos lo conocían como un borracho perdido que caminaba solitario, que acostumbraba a ir a bares de muy bajo nivel.
El mundo de Víctor Humareda estaba lleno de arlequines, quijotes y seres olvidados por Dios, idolatraba a Marilyn, Toulouse Lautrec, a Goya, a Beethoven.
Representaba en sus cuadros arlequines, multitudes en procesiones, mítines y rincones de Lima, expresado con color y fuerza, él es otro de los importantes expresionistas de nuestro horizonte artístico. Entre sus obras tenemos Silencio en la noche y Quinta Heeren de noche, También tenemos carboncillos como Abogados y reos, Arlequín acusado, tribunal correccional, La Santa Inquisición y La muerte de Danton.
En el año 1970 muere su madre y el famoso pintor le dedica un cuadro con un profundo mensaje de dolor y de soledad.
En 1983, el cáncer que tenía a la laringe va avanzando y el operado, aún en ésta situación él no abandona la pintura y sigue pintando aunque con mascarilla para que los químicos de la pintura no le afecten.
El poseía una obsesión por la búsqueda del color, que prácticamente se convirtió en el eje de su vida. Mientras estuvo enfermo hizo un cuadro llamado “Inquisición “en el cual se ve a un medico como torturador y nuestro propio artista como el torturado.
En la madrugada del 21 de noviembre en 1986, fallece en el Hospital de Enfermedades Neo plásticas.


jueves, 17 de junio de 2010

La costa Peruana y pintores

La historia del urbanismo limeño es, en gran parte, la historia de la ocupación y la habitación del desierto. Quizá por ello, en oposición a la imagen de la ciudad, el desierto se convirtió en la antítesis del urbanismo y de su caótica modernidad: en un espacio inhabitado, dominado por la naturaleza, marcado por ritmos y tiempos distintos. Hacia la década de 1950 Reynaldo Luza elaboró una primera y depurada imagen del paisaje desértico; el refinado formalismo de sus lienzos fue continuado en las fotografías que José Casals realizó del sitio arqueológico de Puruchuco.
La arena y el adobe, se convierten en los ejes de la construcción del paisaje costeńo en las esculturas de Emilio Rodríguez Larraín y en las pinturas de Ricardo Wiesse.
Reynaldo Luza

Ricardo Wiesse Rebagliati (Lima, 1954) es uno de los artistas plásticos más importantes de la escena peruana. Su trayectoria se inicia con los estudios universitarios en la Pontificia Universidad Católica del Perú, pero debe rastrearse hasta la matriz familiar, con el fin de alcanzar un entendimiento cabal de los orígenes del interés del artista por la costa peruana.
Durante su infancia y adolescencia, la heredad familiar lo llevó hacia el norte de Lima; y tras un hallazgo bibliográfico dirigiría su mirada hacia la totalidad de la costa. Wiesse estaba fascinado con las líneas de Nazca y con el arte de la costa.
Despues Wiesse se abocó a la producción de obras abstractas. Entre 1983 y 2001, realizó dieciséis exposiciones individuales y dos bipersonales.

Luego de permitirse la exploración técnica debida a las enseñanzas de Hayter, que posibilitó su amplia producción abstraccionista, Wiesse retorna a las formas tradicionales de hacer pintura. Identificado con la urgencia de libertad espacial y de encuentro con la luz de los impresionistas europeos de fines del siglo XIX

Pachacamac. Ricardo Wiesse
Templo Del Sol.

Autoretrato en Pachacamac. Ricardo Wiesse

Carlos Quizpez-Asin (Lima, 1900-1983)

El maestro Carlos Quizpez Asín es un artista que introdujo la técnica del mural al fresco en Perú. Era un hombre conservador en su modo de ser pero dispuesto a dar todo lo que sabía a sus alumnos, fue también exigente en la enseñanza y crítico mordaz contra la mala pintura.
Desde muy niño Carlos Quizpez Asín demostró su inclinación hacia el dibujo y la pintura desde niño e inicio su entrenamiento formal a los quince años, en el taller del maestro Teófilo Castillo. Continúa aprendiendo de distintos maestros en sus talleres y academias independientes hasta que se crea la Escuela Nacional de Bellas Artes, por orden del presidente
El Museo del Prado sería su fuente de enriquecimiento espiritual al conocer la obra de los grandes maestros como: El Greco, Velásquez, Goya, Paulo Uccelo, Piero de la Francesca. Serán éstos dos últimos quienes influirán a Quizpez Asín en el manejo transparente del color y la simplificación de las formas.
Como maestro en la Escuela Superior de Bellas Artes, por más de 27 años, formó discípulos que han seguido sus pasos y muchos de ellos son ahora reconocidos internacionalmente.
Tres son las referencias principales utilizadas por el artista como punto de partida para la concreción de su propuesta pictórica.


· En primer lugar, su concepción estética.
· En segundo lugar, el convencimiento de que la batalla por el arte de vanguardia había
que librarlo en Lima donde primaba el Indigenismo liderado por José Sabogal
· En tercer lugar, el desarrollo de los medios expresivos como resultado de su propia elaboración de la propuesta de un estilo constructivista, un rigor geométrico en la composición y una ajustada armonía de los colores.


Sin embargo, como otros de sus contemporáneos, sería considerado parte de “los independientes”. Éstos eran artistas de la misma época que Sabogal pero que no seguían las pautas del indigenismo. Trataban otros temas o si pintaban temas peruanos captaban las imágenes de diferente manera.
Lo importante en su obra no es que trabajara una síntesis que forme parte de un sistema cuyas connotaciones llevasen a las mismas raíces del arte. Estas síntesis no eran accidentales, en forma alguna, las distorsiones de las formas realistas y pictóricas de la naturaleza estaban premeditadas hasta el último grado. Como sabe todo pintor, la naturaleza es tridimensional, mientras que el mundo del diseño tiende naturalmente a ser bidimensional y su planteamiento es hacia lo plano.
El maestro pintaba con cortas pinceladas rectangulares que eran frecuentemente paralelas, al mismo tiempo tendía a delinear las formas curvas en planos o facetas dando a sus formas un aspecto planimétrico, siempre evadiendo el modelado del claroscuro. Su sistema de color es carente de negro y blanco. El pintor aprovechó el blanco de la tela logrando un mejor efecto: la gran luminosidad de sus cuadros. Trabajó también los colores cálidos (amarillo, naranja, rojo) para lograr el efecto sobresaliente.

Quizpez Asín es reconocido por traer la modernidad a la pintura peruana. En Europa fue influenciado por el cubismo, aplicando así una calidad planimétrica a sus trabajos, que trataban en gran parte temas peruanos. En Estados Unidos mejoró su manejo del dibujo y la perspectiva, lo cual influyó en sus habilidades como muralista.



Macedonio de la Torre, cultivador del dibujo y la escultura “conceptual”

Macedonio de la Torre Collard, fue un pintor peruano. Artista versátil, fogoso y original, que se educó en Europa en la década de 1920 y llevó al Perú la modernidad pictórica, representada por el vanguardismo fauve y el abstraccionismo.
Asimismo, fue hijo de Roque Agustín de la Torre y Cárdenas, y de Adelaida Collard Mendoza, nació el 27 de enero de 1893 en la hacienda Chuquisongo, distrito de Usquil, provincia de Otuzco, departamento de La Libertad.
Era un hábil violinista que se hacía aplaudir en las veladas juveniles; y aunque cultivaba también la pintura y el dibujo, su vocación no había tomado una orientación definitiva. Para encontrarse a sí mismo, emprendió un aventurado viaje a pie hacia la Argentina, a través de Bolivia. Se definió entonces su vocación por la pintura, y de vuelta al Perú, efectuó en Arica su primera exposición pictórica individual (1917). De retorno en Trujillo, se reencontró con sus amigos del “Grupo Norte”, que ya iba desarticulándose. Al respecto se recuerda que el 10 de junio de 1917, en una recepción que efectuó en su casa para mostrar sus esculturas a sus amigos, el poeta César Vallejo leyó por primera vez su poema “Los heraldos negros”.

Emprendió viaje a Europa, beneficiado con una modesta beca otorgada por el gobierno del presidente Augusto B. Leguía. Inició entonces una nueva etapa en su vida artística. Pasó largas temporadas en Alemania, donde realizó estudios de pintura y escultura bajo la dirección del profesor Henner; luego en Italia y especialmente la costa de Liguria, Bélgica y París. Esos años europeos le pusieron en contacto directo con las obras de los grandes maestros del impresionismo.

En París concurrió a las clases que Antoine Bourdelle regentaba en la Academia de la Grande Cháumiere. Presentó muestras de sus obras en el Salón de Otoño y el Salón de los Independientes. Allí también se reencontró con algunos de sus amigos de la bohemia trujillana, entre ellos Haya de la Torre y Vallejo.
En 1930 Macedonio retornó a Lima con su familia, para radicar definitivamente en su patria. Realizó la primera exhibición de pintura vanguardista (paisajes urbanos y rurales del viejo continente) siendo éste un acontecimiento insólito en la capital peruana. No logró imponerse al indigenismo, entonces muy en boga entre los pintores peruanos.

Hasta su fallecimiento, Macedonio no cesó de pintar. El taller que ocupó desde la década del 1950, el sétimo piso del edificio “California”, en la calle de Mogollón –segunda cuadra del jirón Moquegua–, en el centro de Lima, se transformó en un lugar de encuentro obligado con el artista. Falleció el 13 de mayo de 1981, a la avanzada edad de 88 años.
Vitalmente consagrado a su labor artística, introdujo las técnicas y las concepciones del arte vanguardista, pero sin limitarse a ellas y renovándose siempre. Cultivó el expresionismo con singular acierto; pero también efectuó ensayos en una versátil gama de estilos, que incluye aun el abstraccionismo. Su imaginación desbordante lo llevó a gustar de paisajes figurativos, jardines impresionistas, retratos, bodegones y esa sucesión enrevesada de líneas multicolores a las que se conoce como sus “selvas”. Notables son también sus captaciones del paisaje peruano. Además de la pintura, cultivó el dibujo y la escultura “conceptual”, creando artefactos con piedras marinas, huesos de aves, botones, crustáceos. Como artista interesado por los problemas estéticos de su patria, recorrió todo el territorio peruano, quedando muy sorprendido y admirado de la artesanía de los pueblos andinos.
Estudió profundamente la creación artesanal y destacó sus virtudes en numerosos escritos de diarios y revistas, aún más, presentó en diversas oportunidades al gobierno peruano muy serias y planificados proyectos para el incremento y la explotación de tal industria popular.

Macedonio de la Torre tuvo un concepto muy elevado del arte, pues para él era la armonía como esencia de la belleza y sin la cual no existiría más que el desorden, el caos y la muerte. De otro lado, el arte como fuerza impulsora del espíritu jugaba para él un papel preponderante en el progreso de los pueblos y en definición nacionalista de los mismos. Además, estimaba al arte como una realidad universal en la que de todos modos se debe sumar un espíritu local.

viernes, 11 de junio de 2010

José Carlos Mariátegui La Chira (1894 - 1930)




Fue un ensayista peruano, uno de los pensadores mas destacados e influyentes dentro de la reflexión acerca de la cultura y sociedad peruana. Un gran político y también fundador del Partido Socialista Marxista Peruano.
Sus padres, Amalia La Chira y Javier Francisco Mariátegui se casaron en 1882, poco después su madre fue abandonada por el padre teniendo que criar a sus tres hijos sola.
Luego, la familia se instaló en Lima, fue ahí donde José del Carmen Eliseo cambió su nombre a José Carlos. Mientras estaba en Huacho, Mariátegui, tuvo un accidente que dañó su rodilla izquierda, y quedó cojo, por lo que tuvo que retirarse del colegio.
En ese periodo que tuvo de convalecencia mantuvo una formación autodidacta con su madre y hermana mayor.
Para poder aportar dinero a su familia, entró a trabajar en el diario La prensa como ayudante en talleres de linotipia y fue obteniendo mejores puestos poco a poco dentro del periódico.
En 1911 publicó un artículo sin autorización, pero a principios del 1914, después de un gran aprendizaje periodístico, pudo escribir como redactor con el seudónimo de Juan Croniqueur.
Luego de un tiempo ayudaría en diferentes revistas sociales e hípicas como Mundo Limeño, Lulú, El Turf, Vesperal y Alma Latina.
Su amistad con Abraham Valdelomar le permitió entrar a formar parte del entorno del grupo Colónida. Además de sus crónicas periodísticas, escribió cuentos, poemas y dos obras teatrales, tituladas Las Tapadas y La Mariscala, escritas en colaboración con Julio de la Paz y Abraham Valdelomar, respectivamente, que no recibieron buenos comentarios de la crítica.
A mediados de 1916 pasó al diario El Tiempo para ejecutar la crónica parlamentaria, lo cual le permitió conocer la política de su época desde dentro.
En 1918, Mariátegui se une al socialismo por la influencia de la revolución rusa del presidente Wilson, es así que lanza la revista Nuestra Época, creada por César falcón y él. Esta revista no duró mucho, ya que publicaron un artículo antimilitarista que les trajo muchos problemas. Por este motivo abandonó el diario El Tiempo y a inicios del 1919 fundó La Razón, el cual apoyó la lucha obrera y la reforma universitaria.
El 4 de Julio de 1919, Augusto Leguía dio un golpe de estado y como Mariátegui se opuso rotundamente a este régimen lo expresaba a través de su línea periodística, motivo por el cual la imprenta se negó a continuar con el diario. Al ver esto Mariátegui decide viajar a Europa aprovechando las becas que brindaba el gobierno de Leguía.

Mariátegui se quedó en Europa hasta principio de 1923 y recorrió Italia, Francia, Alemania, Austria, Hungría y Checoslovaquia, aprendió varios idiomas y consolidó su formación política e ideológica, apoyándose al marxismo y a la línea de la Tercera Internacional o Comintern. Participó como testigo en importantes eventos como el Congreso del Partido Socialista Italiano en Livorno, el Congreso Económico Mundial auspiciado por la Sociedad de las Naciones, y las huelgas obreras en el norte de Italia.
Sus impresiones fueron publicadas por el diario El Tiempo bajo el epígrafe general de "Cartas de Italia".
Junto con los peruanos Carlos Roe, Palmiro Machiavelo y César Falcón, instituyó la primera Célula Comunista peruana, que cuyo fin era impulsar la organización independiente de los obreros peruanos.
En 1920 se casó con Anna Chiappe. En 1923 regresó al Perú y se unió a las Universidades Populares Gonzales Prada, donde difundió las nuevas tendencias políticas europeas. Para poder obtener ganancias colaboró con la revista Variedades, publicando artículos de “Figuras y Aspectos de la vida Mundial”.
Mariátegui asumió la dirección de la revista Claridad, ya que haya de la Torre fue deportado, y le dio una nueva orientación impulsando la creación de la Editorial Obrera Claridad para publicar y difundir nuevas ideas. Luego el problema de la pierna le trajo problemas y tuvo que usar silla de ruedas por el resto de su vida.
En 1926 fundó la revista Amauta que fue considerada la más importante del S.XX , ahí se publicaron trabajos de la nueva generación de intelectuales. También las tendencias más importantes del Perú de los años 20 que eran el indigenismo y vanguardia. En 1927 Amauta fue clausurada por la creencia de un supuesto complot comunista para derrocar a Leguía del gobierno.
En 1928, la revista Amauta se define socialista y semanas después Mariátegui es elegido como secretario general del Partido Socialista.
A fines de este año, él publicó sus Siete Ensayos de Interpretación de la realidad Peruana, uno de los libros más claros escritos sobre los problemas del Perú.

Inició además, una campaña pro fundación de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP. Al mismo tiempo envió delegados al Congreso Constituyente de la Confederación Sindical Latinoamericana de Montevideo y a la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana de Buenos Aires donde Mariátegui fue elegido miembro del Consejo General de la Liga Antimperialista, organismo impulsada por la Tercera Internacional.

En setiembre de 1929 el quincenario Labor fue clausurado es por ello que Mariátegui decidió viajar a Buenos Aires. Buscó el apoyo del escritor argentino Samuel Glusberg y del peruano Luis Alberto Sánchez, que en ese entonces se hallaba en Chile.
En 1930 Mariátegui finaliza su viaje por Buenos Aire mientras que Eudocio Ravines asume la secretaría general.
A fines de marzo su problema de la pierna lo obligó a internarse en la clínica Villarán donde falleció
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Enrique Camino Brent



Gustavo Enrique Camino Brent, quien fue un destacado pintor peruano, quien nació el 22 de junio de 1909 en Lima, Perú; perteneciente a una familia de clase aristocrática limeña, cuyas raíces anglo-hispanas, también formaban antecedentes artísticos.

Inició sus estudios en el Colegio de la Recoleta y los culminó en Nuestra Señora de Guadalupe (1923-1926). En 1922, demostrando su vocación por las artes, ingresó siendo aún un niño de trece años de edad, a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima, que estuvo a punto de dejar ante la insistencia paterna, por lo cual el propio Daniel Hernández, solicitó su permanencia en la ENBA.

En 1930 ingresó a la Escuela de Ingenieros de Lima para estudiar arquitectura que fueron seguidos junto a los de pintura. En la ENBA fue discípulo de Daniel Hernández y luego de José Sabogal. Egresó con el primer puesto de su promoción, en 1932, año en que también murió Daniel Hernández y subió a la dirección José Sabogal, ratificado en 1933. Es él quien lo nombró profesor en 1937. Expuso por primera vez en Lima, en 1936 y lo hizo después en Estados Unidos, Argentina, México, Europa y Marruecos, en el norte de África.

Sus viajes al interior del país más que un recorrido de propaganda, fue búsqueda del paisaje como tema nacional, y también son resaltantes sus estudios en Santiago de Pupuja sobre la técnica de cerámica local. Seguidamente enseñó en el Politécnico José Pardo cerámica y diseñó su capilla, que aún conserva el modelo original. Su recorrido por Puno, Buenos Aires recogen sus series sobre el Collao y el Cusco.

En 1940 regresó Lima, y asumió una posición partidaria con Sabogal, quien es retirado de la dirección de la ENBA en 1943, por un incidente con el Ministerio de Instrucción. Posteriormente a Estados Unidos, México y Quito, donde tuvo un encuentro con Guayasamín. Estos viajes lo influyeron a realizar algunos murales como el que se conserva en el Ex Ministerio Público de Educación.
Fue director de la Escuela de Bellas Artes de Huamanga, y donde antes también desempeño labores docentes. Murió en Lima por una hemorragia cerebral, en 1960.

La persistencia del retrato, como medio de status burgués también se observa en la obra de Camino Brent, sus primeros esbozos son retratos, que cruzan perfectas combinaciones de una fuerte resonancia pictórica.

A pesar de pertenecer al grupo de los Indigenistas, Camino Brent supo dar a su obra una línea personal, enmarcada por el paisaje arquitectónico, sin necesidad de ser realistas o identificar sus pinturas con la campiña rural y también por la representación de la imagen del indio delimitada solo por el uso de una fuerte paleta y en su obra madura por los colores terrosos.
En sus creaciones artísticas, así como en su labor docente, se incorporó al llamado "grupo indigenista". Al separarse de la escuela en gesto de solidaridad con José Sabogal, llevó sus inquietudes hacia la captación de los paisajes y los tipos humanos de las diversas regiones del país, y aplicó a su tratamiento un personal lirismo caracterizado por su hondura y la sugerente fluidez de sus ritmos.

Tuvo una peculiar visión del mundo vernacular y para ello no se contentó con la transcripción realista y directa, sino que se sumergió en fantasmagorías imaginadas por su voluntad de singularización. Su predilección fue por los rincones poblanos, los pati os esquinados, las callejas soñolientas, las plazuelas de embrujo y los recintos de conseja. Lo que despertó su entusiasmo es lo elegíaco, la melancólica decadencia de los seres y las cosas" (T. Núñez Ureta). Obras suyas se conservan en colecciones públicas y privadas de América y Europa. Murió el 15 de julio de 1960.


jueves, 10 de junio de 2010

Julia Codesino (1892-1979)

Julia Manuela Codesido y Estenós fue una pintora peruana y una de las representantes más significativas del movimiento indigenista.
Codesido viajó a los diecisiete años a Europa junto a su familia, donde tuvo sus primeras inclinaciones por el arte. Visitó los grandes museos y galerías absorbiendo las diferentes tendencias europeas.
Retorno a Lima en 1918 donde hizo sus primeras prácticas artísticas formales en la Academia de Teófilo Castillo en la Quinta Hereen. Para 1919 se encontraba en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, en el taller de Daniel Hernández, y solicitó, en el año de 1922, su traslado al taller de José Sabogal.

Al culminar sus estudios realizó su primera exposición individual en la sala de la Academia Nacional de Música Salcedo en 1929. En 1931 fue nombrada profesora de dibujo y pintura de la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú luego de haber sido auxiliar de Sabogal.

El año 1935 viajó a México y allí estudió, con honda simpatía, el movimiento pictórico surgido de la revolución donde expuso en la Galería de Exposiciones del Palacio de Bellas Artes. En 1936 expuso en Nueva York, en la galería Delphic Studios. De ahí en adelante la artista realizó numerosas exposiciones colectivas e individuales. Su estilo posee una innegable fuerza alcanzada con enérgico sintetismo
En 1946 es nombrada miembro del Instituto de Arte Peruano, teniendo como principal función formar el fondo museográfico de arte y artesanía popular del hoy conocido Museo Nacional de la Cultura Peruana.

Su obra

La obra de Julia Codesido se puede resumir en tres etapas: la primera, que abarca los años 1919 hasta 1924, comprende formación académica en la Escuela Nacional de Bellas Artes dirigida por Daniel Hernández, aquí vemos sus primeros trabajos de marcada tendencia naturalista, como por ejemplo los diversos desnudos y retratos, que si bien mantiene la tendencia naturalista, se vislumbra el estilo propio que irá desarrollando a lo largo de su carrera.

La llegada de José Sabogal a la escuela de Bellas Artes en 1920, influyó en su estilo y, para 1925, los autores señalan el inicio de su segunda etapa peruanista denominada "indigenista". En este período es innegable la influencia de Sabogal tanto en la temática como en la técnica; abunda la temática indígena y mestiza, los colores son vivos y el trazo fuerte que remarca las facciones indígenas con los pómulos angulosos, ojos grandes y fijos y las pupilas dilatadas. Debido al viaje que realizó a México y en donde expuso en la Galería de Exposiciones del Palacio de Bellas Artes en 1935, su pintura sufrió una evolución al recibir la influencia de la pintura mural mexicana.


La obra de Julia Codesido destacó del grupo "Indigenista" porque fue una artista que trascendió a la tendencia, ya que su pintura no solo recibió influencia externa, como la pintura mural mexicana o europea, sino que la asimiló y reelaboró, obteniendo como resultado una pintura con características propias.




Jorge Vinatea



Antes que nada, es importante mencionar que Jorge Vinatea fue el pintor que mejor supo trasladar al lienzo las manifestaciones culturales de la sociedad en que vivió; debido a que logró crear representaciones ideales del indio y de lo andino que consolidaron la corriente del indigenismo.

Jorge Segundo Vinatea Reinoso nace en Arequipa en el año de 1900. En sus inicios, utilizó la acuarela, técnica con la que ejecuta diversos retratos y paisajes de su ciudad natal, y a dedicarse a las caricaturas que lo llevarían a realizar su primera exposición, misma que se llevó a cabo en el estudio fotográfico de los hermanos Vargas. Posteriormente, desde su llegada a Lima en 1918 hasta su muerte en 1931, colaboraría con la revista Mundial

Estando en la ciudad de Lima, ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes donde como profesor a Daniel Hernández, un pintor profundamente académico. Hernández había vivido más de cuarenta años en Europa y su influencia sobre el joven Vinatea se tradujo en una limpia técnica artística. Al egresar, Vinatea recibe la medalla de oro de Bellas Artes, escuela con la que permanecerá vinculado como profesor auxiliar de pintura. Al año siguiente, inaugura el Salón de los Egresados, creado por Hernández para exhibir las obras de nuevos pintores. Así, continuó trabajando intensamente, tanto en su pintura como en la revista Mundial, donde publica sus caricaturas algunas obras suyas. La excesiva carga laboral resulta perjudicial para su salud y contrae tuberculosis.

Después de los temas limeños, diversos viajes al sur del país (Arequipa, Puno, Cusco) le proporcionan temas en los que insistiría una y otra vez, creando un "indigenismo" diferente al "oficial" de Sabogal y sus discípulos. Entusiasmado con una exposición prevista en Buenos Aires, redobla la intensidad de su trabajo hasta que finalmente, en junio de 1931, muere en Yanahuara, poblado cercano a la ciudad de Arequipa que había sido objeto de su pintura


jueves, 27 de mayo de 2010

José Arnaldo Sabogal Dieguez (1888-1956)

Notable pintor peruano, creador del llamado movimiento "indigenista" que reunió a un grupo de talentosos artistas, todos ellos empeñados en exaltar las raíces andinas de nuestro pueblo.
José Sabogal, es uno de los pocos pintores indigenistas que ha hecho de su vida una gran aventura, viajando por el mundo, logrando estudiar y empaparse de ese arte tan maravilloso como es la pintura.


Trabajó con Rivera y Orozco entre 1922 y 1925, de los que recibió decisivas influencias. Su obra se inscribe en la corriente indigenista, de la que está considerada como uno de sus más conspicuos representantes. Entre 1933 y 1943 fue director de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima, cargo desde el que alentó un radical nacionalismo en el arte peruano.
Su obra, ubicada en el contexto de su tiempo y de su propia circunstancia, nos acerca a comprender, en caso de ser posible, el problema de la identidad cultural.
Más allá de la opción temática o del desarrollo de la obra, el compromiso por acercarse a las fuentes de inspiración y a los orígenes de los pueblos ha sido una constante que se observa en la evolución pictórica de la región americana de aquel momento y sin que el proceso sea idéntico ni necesariamente comparable con los otros países de la región andina.
En nuestro medio, fue José Sabogal quien rompe con las pautas clásicas de la composición y del color; crea a partir de la observación y la admiración de la propia realidad, de la naturaleza, del hombre y de su sociedad a los que descubre envueltos en un manto dual de alegría y tristeza, en un intento por exaltar los aspectos menos conocidos o menos apreciados de los pueblos antiguos. Lo revolucionario en su obra no sólo es la propuesta sino su consecuencia. Al redescubrir lo propio y asignarle nuevamente un valor positivo, se subleva el espíritu aletargado de una raza y se le enfrenta al conocimiento de sus derechos y a la exigencia de la justicia que les corresponde.


En tanto se trata de situaciones que con mayor o menor similitud viven los pueblos de América, el indigenismo se convierte en uno de los movimientos artísticos más trascendentes en la región americana.
Es en este contexto en que aparece como una primavera de novedad y renovación la propuesta de Sabogal y es hacia ella que convergen muchos creadores. Ello se dio junto a la aparición de una nueva y emergente sociedad. Lima, la capital, dejaría desde entonces de ser el eje exclusivo de la sociedad señorial de antaño para convertirse en un polo de atracción provinciana.



Arquitecto quechua

Fue la figura de Sabogal la que encarnó las inquietudes insatisfechas de los artistas cuya actitud, lejos de ser beligerante, era producto de los tiempos de profundas transformaciones ante lo que el maestro significaba, una respuesta nueva a través de la cual se forjaría un estilo pictórico auténticamente peruano.
Con su extraordinaria sensibilidad, Sabogal se dedica a estudiar y conocer al indio, escudriñando en su espíritu, en su relación con el medio ambiente, en sus costumbres, creencias y valores. Luego de su primera exposición, el reconocimiento, la crítica, la aceptación y el rechazo, surgieron casi de inmediato y Sabogal pasó del anonimato a ser una personalidad que motivaba encendidas discusiones de encontradas tendencias.



Huanta

Indigenismo

El contacto con nuevos ambientes y nuevas realidades, nos permiten entender mejor nuestro ámbito vital. Así sucedió en la pintura, la belleza de esos mundos idealizados del arte académico y clásico, dio la posibilidad a nuestros artistas de conocer el significado real y concreto de nuestra tierra, de nuestros habitantes, de nuestra herencia artística. El excesivo interés y respeto por lo foráneo decae ante una nueva concepción del valor estético como exaltación primordial de lo propio. Algunos artistas que emigraron en afanosa búsqueda de conceptos originales, vuelven a la tierra saturados de nostalgia portando un mensaje de amor a lo suyo. Surge así la Pintura Indigenista, ávida de emoción local, deseosa de gozar y transmitir la belleza temática, formal y cromática de nuestros pueblos y de nuestros tipos.


El indigenismo produjo un aporte de claro y evidente nacionalismo, pero mirado con el desaire que se dispensa a lo aldeano, tuvo que pasar también y ceder camino a la reacción surgida en la lógica rutina de cambio dentro de la inmensa rueda del tiempo. Efímera, pero fructífera fue la vida del indigenismo en la pintura. Quienes operaron en el nuevo estilo supieron impactar hondo en la sensibilidad de nuestro pueblo, y hoy los nombres de José Sabogal, Jorge Vinatea Reynoso, Enrique Camino Brent, Camilo Blas, Julia Codesido y otros se encumbran ante el aprecio y la aceptación incondicional hacia todo lo peruano. Las ojotas y el poncho de nuestros hermanos de la sierra ya calzan nuestros pies y flamean en nuestros ámbitos.


El espíritu noble y transcendente de la pintura indigenista, se deja sentir en la plática contemporánea a través de una tendencia permanente a incidir, sobre temas que nos son propios, sobre nuestra problemática social o aportando un alto concepto y respeto por los valores artísticos de nuestro pasado y de nuestra realidad vital.
En definitiva el aspecto humano y el sentimental expresionista del indigenismo, vertidos en imágenes de trazo vigoroso, de fuerte contextura, de empaste grueso, de concepción abstracta, de rico colorido y gran dominio compositivo, se ha constituido en base y sustento de una gran parte de la producción estética actual.

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jueves, 15 de abril de 2010

Pintores Peruanos

Luis Montero


El pintor Luis Montero nació en Piura el 8 de Octubre de 1826. Sus padres fueron don Francisco Montero y doña Maria Cáceres.
En 1843, concurre durante un semestre a la Academia de Dibujo y Pintura de Lima dirigida por Ignacio Merino; la falta de dinero hace que se dedique al comercio, fue dependiente de una tienda de esta ciudad y en 1847 dirigía un negocio en Ica. El retrato que hizo en miniatura del Presidente Ramón Castilla decidió el otorgamiento de una beca a Italia en 1848; va a Livornio donde es protegido por el Conde Ceppi quien lo conduce a Florencia, ingresando a la Academia de Bellas Artes de esa ciudad, donde permaneció casi tres años. Fue discípulo de Guiseppe Bezzuoli y de Servolini.
Luis Montero, se trasladó al Callao a principios de 1869, para pintar en el puerto la histórica batalla del 2 de mayo de 1866. En la misma época fue atacado por la fiebre amarilla, que lo postró irremisiblemente, falleciendo el 23 de marzo de 1869; sus restos fueron llevados a Lima para ser velados. Ya en su agonía, recibió la medalla del Congreso que premiaba su talento artístico.

Sus obras más conocidas Los Funerales de Atahualpa y el lienzo La Libertad, fueron exhibidos en la Exposición Nacional-Industrial de julio de 1872, inaugurando el Palacio de la Exposición de Lima, permaneciendo allí hasta 1879 cuando fueron incautados como botín de guerra por Chile. Ambas obras fueron llevadas a Santiago de Chile. Años más tarde, se pudo recuperar Los Funerales de Atahualpa gracias a la gestión personal del tradicionalista Don Ricardo Palma Soriano ante el Presidente chileno. La pintura 'La Libertad' está considerada como una de sus obras importantes, también realizada por encargo del Gobierno, representa una alegoría de un indígena con cadenas fracturadas. Fue recuperada, años más tarde por un mecenas del arte
La famosa pintura llamada "Los Funerales de Atahualpa", donde exhibe muchos atributos del estilo que en su libro "Vision, Race, and Modernity" llama "Inca Operatic." (Esto significa que los artistas no mostraban la raza de los indios por efectos exteriores como el color de la piel, rasgos étnicos, vestiduras indígenas, o haciendo costumbres nativas.




La pintura está dividida en dos partes iguales. La izquierda exhibe el estilo romántico, con mucha emoción, movimiento, y con figuras arremolinadas. Este lado tiene todos los indígenas, con la excepción notable de Atahualpa. Pero también, este lado tiene aspectos del estilo clásico. Aunque las mujeres son indias, aparecen como mujeres italianas vestidas con túnicas, con la piel blanca, y el rostro con rasgos europeos. Es significativo que la única persona que no aparece europeo es Atahualpa. El es moreno con un rostro indio y ropa Inca. Tiene el tocado tradicional de los reyes Incas, con la pluma y borla roja.




Ignacio Merino




El más grande de los pintores de América, Ignacio Merino, vio la luz en la ciudad de Piura, el 30 de enero de 1817; fue un pintor peruano que gozó de gran prestigio internacional, al punto que sus pinturas inspiraron al famoso escritor francés Julio Verne a escribir unos de sus primeros relatos, Martín Paz, una fantasía que fue publicada en la revista ilustrada El museo de las Familias.
Fueron sus padres el Juez Real, Subdelegado y Comandante Militar del Partido de Piura, don José Clemente Merino y doña Micaela María Muñoz, ambos pertenecientes a linajudas familias oriundas de Trujillo.
Por sus venas corría sangre de Santa Teresa de Jesús, la mística española, cuya influencia se advierte a través de su obra en la preferencia que dio el artista a los temas religiosos. A los diez años fue enviado por sus padres a París para que cursara sus estudios alcanzando el grado de Bachiller en una de las universidades parisinas, pero abandonó los estudios atraído por su irresistible vocación artística.

Estudió con los célebres maestros franceses Dela-roche, Monuosin, Delacroix, identificándose especialmente con el primero, con quien se le parangona y de quien tomó, seguramente, su afición por los temas históricos. Arrastrado por la cultura europea se alejó de los temas históricos de nuestra Patria, a los que, tan sólo aportó una obra: Entrada del General Orbegozo a Lima. Gustó, en cambio, de captar tipos y costumbres pintorescas de Lima.

Fue sub-director y luego Director de la Academia de Dibujo y Pintura que fundara el Virrey Abascal, desde donde ejerció gran influencia en la formación de otros prominentes pintores, tales como: Luis Montero, Francisco Masías, Francisco Arrese, todos piuranos y sobre todo el tacneño Lazo.
Por la década del 40 produce obras de gran inspiración, entre ellas: Santa Rosa de Lima, Fray Martín de Porras (se conserva en la Catedral), Lima por dentro y por fuera, Jarana de Amancaes, Limeños en el portal.

En 1850, retorna a Europa y obtiene sus mayores triunfos, entre ellos, la Tercera Medalla de Honor en la Exposición de Bellas Artes de París con su cuadro "Colón ante los sabios de Salamanca", obra que se conserva en Lima, pues fue comprada por el gobierno del presidente Balta.
Producto de este período fue también "Aparición del Arcángel en casa de Tobías" , obra en la cual se advierte la maestría en el manejo del color y la luz, aspectos en que es superior a sus maestros y único en América. El 17 de marzo de 1876 muere, en París, a los 59 años, aumentando el número de los hombres que se han inmortalizado por haber regalado al mundo obras pictóricas.




Francisco Laso



Francisco Laso, uno de los más importantes pintores peruanos del siglo XIX, nació en Tacna el 8 de mayo de 1823. Pasó su infancia en Arequipa y luego se trasladó a Lima, donde, abandonando los estudios de Derecho, se inscribió en la academia de dibujo de la Biblioteca Nacional que dirigía el quiteño Javier Cortés.
Laso arriba a París en 1843 y empieza practicar en el taller del pintor suizo Charles Gleyre, maestro, años después, de los grandes impresionistas Claude Monet, Auguste Renoir y Alfred Sisley. Luego de seis años, retorna al Perú y abre un estudio en Lima.A pesar de su bien ganado prestigio de retratista, su interés por los temas peruanos lo lleva a viajar por el interior del país y a pintar, en un estilo sencillo y plástico, con gran dominio del claroscuro y los colores naturales, cuadros con temas indígenas, como La pascana, Indio alfarero, cuadro también llamado Habitante de la cordillera.
A su regreso, en 1855, pinta retratos y los cuadros de los cuatro evangelistas de la catedral de Arequipa e incursiona en el periodismo. En París había escrito el folleto Aguinaldo para las señoras del Perú, donde hacía crítica de costumbres, lo que le granjea algunas enemistades.
Después de su matrimonio con Manuela Enríquez, viaja una vez más a Europa y al retornar, en 1866, participa en el combate del 2 de Mayo y al año siguiente es elegido diputado al congreso constituyente.Muere el 14 de mayo de 1869 en el pueblo de San Mateo, cuando se dirigía a la sierra, quizás a causa de la fiebre amarilla que había adquirido mientras colaboraba con la Cruz Roja en la campaña de erradicación de esta enfermedad.Francisco Laso es considerado un precursor del indigenismo, corriente que se desarrollará recién cincuenta años después de su muerte.Otras de sus obras destacadas son el Retrato de Doña Manuela Enríquez de Laso, Caballero español, La lavandera, Santa Rosa de Lima y Retrato de un desconocido.


Contexto social en Lima y Perú entre 1821 y1870




El 28 de julio de 1821, el movimiento independentista dirigido por el general argentino José de San Martín, proveniente de Chile, declaró la independencia e instauró un nuevo estado. Sin embargo, recién en 1824 el general venezolano Simón Bolívar logró expulsar definitivamente las tropas realistas afincadas en la sierra sur tras las batallas de Junín y Ayacucho, el 6 de agosto y 9 de diciembre de 1824 respectivamente.

El 12 de agosto de 1821 San Martín suscribía un decreto por el cual se abolía la esclavitud de todos los hijos de esclavos que hubieran nacido y nacieren a partir del 28 de julio de 1821, fecha de la declaratoria de la independencia del Perú. En la parte considerativa de este decreto se hace referencia expresa a la necesidad de conciliar el anhelo de justicia con los intereses de los propietarios de esclavos para los cuales cada negro era más un capital o útil de trabajo que un ser humano. La necesidad de conciliar este interés es el que hace restringir la abolición de la esclavitud solo para aquellos nacidos a partir de la fecha señalada.

El Protector precisaba que la esclavitud, como institución, había sido sancionada por el tiempo, es decir que había devenido en una necesidad histórica a partir de un determinado momento de la historia humana. Que, por lo tanto, el propio tiempo sería el encargo de darle el tiro de gracia a tan injusta institución. Pero que, los gobiernos tenían que hacer todo lo posible para que esa transición fuese lo más rápido posible, aunque teniendo en cuenta los intereses económicos de los propietarios. Como señala Carlos Aguirre, "San Martín iniciaría lo que vendría a ser el proceso legal de abolición gradual de la esclavitud en el Perú".

La República hereda del Virreinato una educación prácticamente medieval, pedagógicamente atrasada y profundamente clasista. Aún se mantenía en algunos centros de estudios la función de educar a la clase criolla, y a los descendientes de los indios nobles. El Convictorio de San Carlos es un claro ejemplo de dicha continuidad.

La Iglesia aún mantenía su influencia en las escuelas, pero sólo hasta la aplicación del sistema Lancastariano a iniciativa del libertador Dn. José de San Martín. Se empezaría a utilizar el método europeo referente a la enseñanza en el Perú. Así, la iglesia perdería el privilegio de controlar la educación, pues la técnica lancastariana implica que los civiles se convertirían en maestros, dejando de lado la preeminencia de los clérigos en las escuelas. Con respecto a la educación femenina, fue esencialmente privada en Escuelas o ha domicilio. Hubo escuelas para hombres y otras para mujeres. Se enseña en ella `primeras letras´, doctrina cristiana, costura, tejido y bordados, aritmética, caligrafía, gramática castellana, francesa, inglesa, geografía, dibujo, piano y canto.

El fenómeno del caudillismo esta relacionado con el caos que provocó las guerras de independencia en los nacientes estados de Hispanoamérica. En el Perú es conocida como el Primer Militarismo a esta inaugural etapa emergida de la independencia política criolla contra el colonialismo español: el Virreinato. Precisamente lo que caracteriza a este periodo fue en caudillismo militar.

sábado, 10 de abril de 2010

Que es la Zamacueca?

La Zamacueca a lo largo de la historia, ha sido un baile nacional popular, bailado generalmente por personas de piel oscura.
Esta danza tiene su origen en los inicios de la época republicana, y tuvo una expansión por Chile, Bolivia y Argentina, haciéndose conocida como Cueca o Zamba. Su coreografía es simple que invita y evita el golpe pélvico que se da en casi todas las Danzas negras del Perú y simbolizan la posesión sexual.

Esta coreografía fue ejercida solo por negros o zambos y entre ellos habían diferentes categorías. Este baile es una danza folklórica peruana en la cual las parejas hacen una fusión entre palmas, fornidos zapateos con un marcado movimiento de las caderas, y realizan un excelente trabajo rítmico al moverse al compás de los instrumentos de percusión que ya son parte de un nuevo aporte folklórico; como por ejemplo: el cajón, la cajita el cencerro y la quijada de burro.

La vestimenta de los bailarines es usual, un vestir diario y de campo donde se puede observar una autenticidad del negro peruano con vestidos largos a media pierna, alpargatas, medias gruesas y largas, y puede ser que hasta un pañuelo recogiendo el pelo o un sombrero de paja el cual sirve para que se protejan de los rayos solares a los que están expuestos estos negros peruanos en sus chacras y cañaverales costeños del Perú.

Pancho Fierro, un gran acuarelista, dibujaba a través de sus pinturas lo que percibía sobre esta danza y la interpretaba de una manera muy especial, sabiendo que era una danza muy picara y sensual.
Durante la guerra con Chile y la propuesta de Abelardo Gamarra, el nombre fue cambiado por la “Marinera”.

jueves, 25 de marzo de 2010

Jose Gil de Castro

José Gil de Castro es considerado el “primer pintor” de la Cámara del Gobierno Peruano Sus temas estaban relacionados con temas religiosos, civiles o sociales, pero sobre todo, resaltan los retratos.


Este reconocido pintor nació en Lima en el año 1785, es conocido como el “mulato Gil de Castro”, lo cual. Fue un hombre inteligente y y estudioso, pues además de pintor, era ingeniero, cosmógrafo y topógrafo por lo cual fue admirado por sus contemporáneos.
En el período de la Independencia Nacional Gil de Castro retrató a los personajes republicanos más importantes del sur América. Es decir, líderes independentistas como Simón Bolívar, Bernardo O`Higgins y José de San Martín último a quien acompañó en 1822, como voluntario en el Ejército Libertador del Perú con el grado de capitán del cuerpo de ingenieros.


Se mudo Chile en el años 1805. Por su destacada labor como retratista y pintor, recibe el nombramiento de Maestro Mayor del gremio de pintores por el Cabildo de Santiago en el año 1816, así como el reconocimiento oficial de Cartógrafo, Topógrafo y Capitán del Cuerpo de Ingenieros, Cosmógrafo y Proto-Autografista del Supremo Director y finalmente, el 21 de Diciembre se le concedió ser: Miembro de la Legión de Mérito, título sólo conferido a personas muy estimables.
Es probable que Gil de Castro haya fallecido en Lima en 1843 a la prematura edad de 56 años.